Encarna… ¡hasta tu pollería tiene nombre de mujer!
Sí, la pollería lleva el nombre de mi madre, porque fue ella quien la inició. Cuando ya estaba en marcha, se unió mi padre.
Ahora mismo, tenéis un equipo de seis mujeres. ¿Es casualidad o es que os gusta cómo trabajan este oficio las mujeres? Háblanos de ellas.
Que seamos todas mujeres es pura casualidad, pero creo que somos un gran equipo y no pensamos en el sexo de quien hace el trabajo, sino en que la persona lo haga bien. Todas son muy responsables y sobre todo están muy implicadas con su trabajo y con la empresa, algo muy importante en negocios pequeños como el nuestro.
Cuéntanos, cómo y por qué decidiste dar continuidad al negocio familiar.
Yo tenía otro trabajo y mis padres estaban dentro de un mercado que se cerró. Un día, en una comida familiar, nos pusimos a hablar de que era una pena no seguir con un negocio que funcionaba tan bien, solo porque el mercado se hubiese cerrado. En aquel momento, mi madre todavía podía trabajar, y decidimos arriesgar y abrir de nuevo la tienda, en el mismo barrio donde siempre había estado, pero en la calle. En ese momento mi uní al negocio familiar, y he de decir que tanto la reapertura como mi entrada en el negocio fueron buenas decisiones, de las que me alegro mucho.
Por otra parte, fuisteis de las primeras tiendas del sector en lanzaros a tener una tienda online, eso sí, sin perder la tradición. Cuéntanos, cuándo y por qué decidisteis montarla y cómo están evolucionando las ventas con el paso de los años.
La tienda online surgió para poder llegar a más personas y de una forma más cómoda. La evolución ha sido muy progresiva, en un principio se hacían solo un par de ventas a la semana, y fueron aumentando poco a poco. Como en todo, hay que tener paciencia.
Normalmente, la mayoría de las personas que compran en nuestra tienda online nos conocen previamente, pues han venido alguna vez a comprar al establecimiento. Vender género fresco si no te conocen en persona es complicado. Por eso, damos la oportunidad no solo de enviarles el pedido a domicilio, sino también de pasar a recogerlo por la tienda física.
¿La pandemia ha dado un impulso a vuestra tienda online? ¿Han crecido las ventas? ¿Y se mantienen?
Sí, menos mal que ya teníamos la tienda online montada cuando empezó la pandemia, porque las ventas online desde la Covid-19 han aumentado muchísimo. El punto más alto fue durante el confinamiento, pero se han mantenido y nuestro e-commerce sigue funcionando bastante bien.
Se producen ventas de todo tipo, desde usuarios que hacen grandes compras a otros que hacen compras puntuales, pequeñas, de productos concretos, pero en ambos casos buscan calidad y confianza en los productos.
¿Os planteáis en algún momento vender a toda España?
De momento, no. Nuestros productos se hacen a diario y tendríamos que tener una infraestructura diferente para gestionar productos con más caducidad. Ahora no es el momento de invertir, con mantenernos en el mercado nos conformamos. En un futuro quién sabe.
Hemos estado viendo vuestras redes sociales y… ¡nos encantan vuestros vídeos! ¿De dónde nacen esas ideas y la iniciativa de publicitaros así?
La web la creó mi hermano y él ha gestionado los anuncios y las entrevistas que nos ayudan a promocionarnos, pero las redes sociales nos las gestiona un profesional especializado.
Háblanos ahora de vuestros productos. ¿Cuáles son los productos estrella de Pollería Eugenia? ¿Los más vendidos suelen repetirse en Internet y el establecimiento o varía según el canal?
Nuestros productos estrella son las hamburguesas, pero todos nuestros preparados se venden muy bien, desde los rebozados hasta los rellenos.
Tanto en tienda física como online, lo más demandado son los preparados; son productos fáciles de consumir y a los niños les encantan. En navidad, lo que más preparamos son los rellenos.
Hemos visto que tenéis horarios poco comunes en el sector, hacéis jornada continua y cerráis por la tarde. ¿Desde cuándo hacéis esto y por qué? ¿Qué tal os funciona?
Empezamos con la jornada continua porque era el horario que se hacía en el mercado en el que estábamos, y nos dimos cuenta de que abarcábamos más clientela que haciendo horario partido. Para nosotras mucho mejor porque nos deja la tarde libre para conciliar: casa, niños, etc. Al final el cliente que quiere tus productos encuentra una franja horaria en la que poder venir a la tienda y si no siempre podemos ponérselo fácil y acercarle el pedido a su casa o a su trabajo.
Gracias por contarnos tu experiencia, Encarna. ¿Quieres añadir algo para terminar?
Solo dar las gracias por dar visibilidad que dais al pequeño comercio. En los tiempos que vivimos es superimportante que nos concienciemos de la cantidad de puestos de trabajo que generan las pequeñas empresas.
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