FUE LA PRIMERA MUJER EN OCUPAR UN PUESTO EN LA JUNTA DIRECTIVA
Diplomada en Empresariales, nada tenía que ver con el sector, pero se casó con un charcutero y juntos montaron hace catorce años la tienda gourmet El Jamoncito de Arganzuela. Eso solo sería el punto de partida, porque aunque ella pensaba trabajar en el negocio de forma temporal hasta que este comenzase a tomar forma, hoy sigue estando ahí y se considera una charcutera al 100%. Dice que se enamoró del sector, del trato diario con los clientes y del intercambio con ellos de trucos y recetas de cocina, aunque reconoce que si hace unos años le hubieran dicho que iba a trabajar en esto, se hubiera echado a reír.
Para forjarse como la profesional que es hoy en día, confiesa que tuvo la suerte de aprender el oficio de la mano de un gran profesional, su marido, que siempre le ha incentivado a saber más sobre sus productos. Sin embargo, Elena ya tenía de antemano unas cualidades fantásticas que la llevaron a organizar eventos en un local colindante con El Jamoncito. Lo que empezó como un hobbie se convirtió en un innovador proyecto, Gourmétika, un espacio innovador para realizar celebraciones especiales en el que además se pueden disfrutar los estupendos productos de su tienda.
¿De qué manera aúnas El Jamoncito de Arganzuela con Gourmétika para que ambos trabajos se retroalimenten el uno del otro?
En Gourmétika hacemos catas de nuestros productos al consumidor final, de una manera divertida y dinámica, donde el cliente conoce de primera mano cuál es el producto y sus características, resolviendo sus dudas sobre el mismo de una forma transparente y veraz. De esta manera ofrecemos un valor añadido, ya que somos la única tienda en Madrid con sala de formación para los clientes.
Eres defensora a ultranza de la educación en materia de alimentación. ¿Es necesario enseñar a comer a los niños?
Por supuesto, debería ser una asignatura obligatoria en los colegios. Nosotros llevamos a cabo un proyecto que se llama Gourmeticamp, en el que llevamos a los niños a mercados para que vean el producto de primera mano y les enseñamos a comprar. Luego, vamos a la escuela para que elaboren un plato con todo lo que hemos comprado. Me gustan mucho las iniciativas de cocina para niños, como el programa Masterchef, pero creo que primero tendríamos que enseñarles la materia prima.
¿Cómo es ser miembro de la Junta Directiva de Fedecarne?
En estos años, desde la Junta Directiva, hemos trabajado mucho, muy duro y de forma desinteresada. ¿Estamos locos? No, simplemente creemos que juntos podemos hacer muchas más cosas. De cara a estos próximos años, hay dos objetivos muy claros: dar valor a la figura del profesional y el relevo generacional en el sector.
¿No se ha valorado suficientemente el buen hacer de las mujeres del sector en Madrid?
Efectivamente, esto es así porque estamos habituadas a hacer el trabajo que no se ve. Las mujeres del sector no somos ni mejores ni peores que los hombres, simplemente tenemos habilidades distintas, damos un toque y un trato especiales.
Fuiste la primera mujer en formar parte de la Junta Directiva y a día de hoy sigues siendo la única…
Sí, y me gustaría transmitirles a todas que la Federación es también vuestra casa y si necesitáis algo de mí y está en mi mano dároslo, dad por hecho que lo haré. Eso sí, espero veros a todas – y también a todos – en la próxima Asamblea General para poder escuchar en persona vuestras sugerencias e inquietudes.