SI QUIERES VIAJAR A LAS RÍAS BAIXAS O DARTE UN PASEO POR LA COSTA DA MORTE A TRAVÉS DEL PALADAR, NO PUEDES PERDERTE LA CITA CON SERRÍN ULTRAMARINOS Y SUS PRODUCTOS «MADE IN GALICIA».
Aunque en Madrid, por una cuestión idiomática son conocidos como Serrín Ultramarinos, el nombre original de su negocio, es Serrín no Chan, expresión gallega que traducida viene a significar “Serrín en el suelo”; una práctica curiosa pero habitual que se realizaba en los establecimientos de ultramarinos de antaño. En estos se vendía un poco de todo y cuando se manchaban, para evitar resbalones se echaba serrín al suelo -prohibido lógicamente en la actualidad-.
Ahora, sin virutas ya por el suelo y con una imagen cudidada y moderna, Gema ha traído a Madrid lo mejor de su Galicia natal, declarando para la Carne que ha sido el orgullo que siente por el producto de su tierra lo que le ha dado la confianza para aventurarse en este proyecto. Además, está convencida de que los jóvenes quieren comprar en los comercios de proximidad, pero que hay que hacer un esfuerzo por publicitarse para llegar a ellos, de ahí su apuesta por las redes sociales.
¿Qué impulsa a una joven ingeniera a dejarlo todo y montar un comercio de proximidad?
Llevaba años queriendo tener mi propio negocio y el sector de la alimentación de calidad me atraía muchísimo. Creo sinceramente que es un sector con futuro, pese a la alta competencia que hay hoy en día debido a la proliferación de las grandes superficies.
¿Y cómo está siendo la experiencia?
Los comienzos siempre son duros. Abrir mercado desde cero supone un gran trabajo. A nivel profesional y a pesar de que tengo un MBA, la puesta en marcha de Serrín sí que está siendo un verdadero máster, un encuentro con la práctica y la realidad. A nivel personal, es duro y gratificante a la vez. Ver cómo se fidelizan clientes y cómo nos felicitan por nuestro trabajo supone una sensación realmente placentera.
¿Cuál es la apuesta empresarial de Serrín?
Nuestra apuesta es por el comercio tradicional. La vuelta a la compra con cabeza es la tendencia. Cada vez somos más conscientes de que dedicar tiempo a hacer nuestra compra de alimentos es lo sensato y saludable, y si además recibes una atención personalizada, mucho mejor.
El comercio especializado no está pasando por su mejor momento. Desde tu experiencia, ¿cómo se podría atraer a los jóvenes?
Principalmente hay que hacer publicidad a nivel de calle y motivar a los vecinos para que entren a conocernos.
La gente joven está muy por la labor de acercarse al pequeño comercio, pero el problema reside en que, muchas veces, el horario que ofrecemos no es compatible con los horarios de trabajo de la gente. Quizás, con pequeñas modificaciones al respecto se podría conseguir una mayor afluencia de este público.
¿Qué consejo darías a los jóvenes que estén pensando en emprender como tú?
Que se promocionen por todos los canales, que sean serios y traten muy bien al cliente, que vigilen los gastos fijos mensuales, y que tengan paciencia, todo llega paso a paso.