Huevos de avestruz. Los huevos de avestruz son muy llamativos por su tamaño: equivalen a entre 18 y 20 huevos de gallina y de una ración pueden comer hasta 8 personas. La diferencia con un huevo de gallina está en la yema, que es más grande y consistente, así como la clara, que resulta más gelatinosa. Emilio Fernández, de Pollería Hermanos Gómez, explica: “son unos huevos de uso especial. Nosotros a nuestros clientes les recomendamos comprar estos huevos para celebraciones, para compartir y disfrutarlos entre varios. En el mostrador llaman mucho la atención de la gente, que se queda alucinada cuando los ve, sobre todo los niños, que siempre los quieren comprar. Nosotros le recomendamos a nuestros clientes que los compren con la idea de compartir entre varios, pero también es una buena opción de regalo”.
Huevos de pato. En El colmado de Soraya apostaron por la venta de huevos de pato, aún sabiendo que era un producto desconocido para el gran público. En este establecimiento, querían reclamar la atención de sus clientes y, tal y como explica Soraya, su dueña, “hay que intentar ofrecer cosas distintas porque huevos de gallina hay en cualquier supermercado”. En forma y tamaño estos huevos son prácticamente iguales que los huevos de gallina, pero en el momento de romperlos su yema es más anaranjada, grande y densa. “Estos huevos fritos son un auténtico manjar. Tenemos clientes que vienen buscándolos para darse el capricho porque les encantan. Por norma general, el que lo prueba repite”, explica Soraya.
Huevos de oca. Otro de los productos que tienen en Pollería Hermanos Gómez son los huevos de oca, menos conocidos, pero que también gustan mucho entre los clientes de este establecimiento. Son algo más grandes que los de gallina, de tal forma que un huevo de oca equivale a tres de los tradicionales. Fernández explica que “son huevos cremosos, algo más grasos que los de gallina. Por su tamaño, sí los puede consumir una sola persona adulta”. Ellos –aseguran- los suelen recomendar, sobre todo, para hacer natillas.
Huevos de Emú. Amparo Mas Fornes decidió salir de la venta de los tradicionales huevos de gallina apostando por los huevos de Emú. Estos huevos se caracterizan por ser algo más pequeños que los de avestruz y por tener una llamativa cáscara verdosa. Amparo explica que en Aves Fornes les ha ido muy bien desde que decidió introducir nuevas variedades de huevos en su establecimiento: “yo los comencé a vender para ver si conseguía nueva clientela, y la verdad es que me ha dado resultado. Llaman mucho la atención, pero es que, además, hay gente que los conoce, los va buscando y logra encontrarlos en nuestro establecimiento”.
Huevos de gallinas mapuches. Sin duda, un auténtico reclamo por su llamativo color azulado. Unos huevos algo más densos que los de las gallinas comunes y bajos en colesterol, que en Pollería Hermanos Gómez han funcionado muy bien, ya que, por su original color, resultan especialmente atractivos en el mostrador. De una calidad extraordinaria, son más codiciados que los de las gallinas tradicionales, puesto que esta raza, natural de Chile, “pone menos de la mitad de huevos que una gallina normal. Así que estos huevos, al ser más escasos, son más valorados”, explica Emilio Fernández.
Todos estos profesionales introdujeron en sus establecimientos una gran variedad de huevos desconocidos para salir del tradicional huevo de gallina. Además, todos explican que estos huevos no requieren una conservación diferente a la de los clásicos, por lo que un lugar fresco y seco es ideal para que se mantengan a la perfección.
Una decisión de cambio que todos reconocen como un acierto, por la posibilidad de diferenciación, logrando ser más competitivos y logrando llamar la atención tanto de su clientela tradicional como de potenciales compradores.
Artículo publicado en la revista La Carne. Haz click aquí para suscribirte.