La carne y los productos cárnicos se configuran como una partida con una notable participación en el patrón alimentario. La carne es el producto más demandado en términos de gasto y cada español dedica más de 320 euros a los casi 45 kg per cápita consumidos, conforme a los datos que aporta el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en sus Paneles de Consumo Alimentario.
En contra de lo que se pudiera pensar, la demanda de esta familia de alimentación no es continua durante todo el año, puesto que cuenta con un notable grado de estacionalidad que resulta muy acusada para algunos tipos de carne. Con carácter general, para el conjunto de la familia de carne, se observa una demanda por encima de la media en los meses de enero, febrero, marzo, abril, octubre, noviembre y diciembre; en otras palabras, la demanda de carne es superior a la media durante los meses de otoño e invierno mientras que su consumo decae en primavera y verano.
Una mención especial merece el mes de diciembre afectado por el consumo específico del periodo de Navidad. Esto es, una parte muy representativa de las compras de carne y productos cárnicos se realizan durante este mes, asociándose directamente al consumo que los hogares realizan en las fiestas navideñas. Se estima que durante el mes de diciembre se consume un 20% más que en la media mensual del año. La carne transformada es la partida que cuenta con un mayor incremento con respecto a la media mensual, añadiendo holgadamente un tercio adicional al consumo medio, aunque también es relevante la demanda de carne congelada en diciembre, que se sitúa en torno a un 30% por encima de los patrones medios mensuales. La carne fresca cuenta con el incremento menos elevado, aunque igualmente es significativo puesto que se contabiliza un 20% por encima de la media mensual.
Analizando los consumos específicos en Navidades de las carnes más representativas, se observan comportamientos dispares. Por ejemplo, resulta muy significativo que durante el mes de diciembre se consumen 2,5 veces la media en la carne de ovino y caprino, protagonistas de la demanda alimentaria navideña. También se eleva, con respecto al patrón medio mensual, el consumo de carne de vacuno por encima del 20%. Sin embargo, otras carnes como pollo o cerdo cuentan con oscilaciones menos significativas -de forma concreta, en el cerdo aumenta el consumo menos de un 15% mientras que en el pollo la demanda de diciembre es prácticamente similar a la media mensual, sin oscilaciones significativas-.
Por ejemplo, el comercio especializado es la principal vía de adquisición de carne de ovino y caprino. En el caso de vacuno, pollo y cerdo, los supermercados cuentan con la cuota más elevada. En cualquier caso, puede plantearse que el comercio especializado y los supermercados concentran más del 80% de las ventas de carne. Los hipermercados son la tercera opción de los consumidores en la compra de carne y su participación oscila en torno al 10%, tanto en vacuno como en ovino y caprino. Por último, aparecen otros canales distintos a los anteriores, como por ejemplo la compra por internet, que poco a poco van teniendo una mayor participación.
Artículo publicado en la revista La Carne. Haz click aquí para suscribirte