CABECERA PLANES DE SOCIO
NOTICIAS

Una imagen renovada sin perder la tradición artesanal y la cercanía

1483447438_-dsc2489

“Lo que hubiese conseguido en ocho años, lo he conseguido en tres, gracias a la reforma que anima a la gente a entrar y conocerte”. Carlos Díaz – Santos. Propietario de Carnicería de Quevedo y Carnicería de Rosales.

Carlos, llevas trabajando como carnicero desde los 14 años y hace cuatro decidiste montar tu tienda. ¿Qué tal es ser tu propio jefe en este sector?

Empezar un proyecto nuevo es duro y este oficio es sacrificado, te tiene que gustar… y a mí me encanta ser carnicero. Sin embargo, es importante mantener la ilusión y tener ganas de crecer. Cuando eres joven y empiezas a trabajar en el sector es hora de aprender, pero llega un momento en el que tienes que evolucionar y dar el salto de crear tu propio negocio. La carniceríacharcutería es un oficio en el que el profesional debe estar en continua renovación.

¿Por qué elegiste este local?

Porque en él antes había una carnicería que había funcionado bien. Además, conocía el barrio y me gustaba el público que había en él, una clientela de poder adquisitivo medio-alto, gente mayor pero también jóvenes con hijos, y personas que trabajan en la zona y vienen a hacer la compra antes de volver a casa.

El nombre comercial es Carnicería de Quevedo y este mismo año has abierto otro establecimiento bajo el nombre de Carnicería de Rosales. ¿Por qué decides llamarlos de forma distinta?

Mi idea es que, aunque la gente vea una carnicería bonita con productos gourmet, sea la carnicería del barrio y mantenga la esencia de la compra tradicional y cercana. Por eso, a la nueva tienda también he querido ponerle el nombre del barrio en el que se encuentra, ya que son locales cercanos pero lo suficientemente alejados como para coexistir sin hacerse daño mutuamente. Ambos establecimientos han sido reformados con la misma estética, son totalmente iguales porque el concepto es el mismo, pero cada uno cubre la demanda de un barrio distinto, con un perfil de clientela diferente.

Por el momento, la de Quevedo es la que tira del carro con cinco trabajadores y aportando apoyo logístico a la de Rosales, que está empezando su andadura con dos trabajadores.

¿En qué han consistido estas reformas de las que nos hablas?

He llevado a cabo reforma integral, haciendo un establecimiento con un diseño totalmente nuevo, de la mano, además, de una persona que vive en el barrio y ha hecho un trabajo muy profesional. Yo tenía claro lo que quería: una tienda limpia, organizada y sin fronteras.

¿Cómo ha respondido el público a los cambios?

La gente está muy contenta. Los que nos compraban antes nos lo transmiten, porque siempre gusta comprar en un sitio agradable; y también hemos conseguido atraer a nuevo público que se resistía a entrar en el establecimiento debido a la imagen. A lo mejor lo que hubiese conseguido en ocho años, lo he conseguido en tres, gracias a la reforma, que anima a la gente a entrar y conocerte.

¿Esta renovación ha ido de la mano de otros cambios?

Hemos hecho un cambio general, uniformes nuevos, otras bolsas y material gráfico, buenas ofertas… es un concepto totalmente distinto. Además, me gusta darme a conocer y no me duele gastarme dinero en ello hoy, porque sé que es una inversión para mañana; tenemos redes sociales activas en las que compartimos nuestra actividad y desde hace un tiempo elaboramos un recetario virtual que difundimos a partir de ellas. La verdad es que soy bastante cocinillas y me gusta enseñar mis recetas, porque además son un valor añadido para el cliente.

Esta Navidad, el 24 de diciembre vamos a hacer una buena fiesta. Quiero poner música en directo en la puerta, regalar botellas de vino y, en definitiva, llamar la atención. Estos detalles irán destinados tanto a mis clientes como a todos los vecinos del barrio –potenciales clientes-.

Y pese a la evolución que has experimentado, ¿qué mantienes del negocio de tu padre?

De lo que aprendí de mi padre, mantengo la esencia de ser un artesano, un carnicero tradicional… hago mis propios elaborados, no compro al vacío y deshueso la carne.

Tienes una amplia variedad de productos…

Sí. Ternera, cerdo, cordero, pollo, productos de charcutería y quesos, casquería, elaborados propios y otros productos que son un plus, me decoran y dan color a la tienda como conservas, panes y en estas fechas productos navideños.

¿Cómo son tus elaborados y qué opinas de este tipo de producto que está tan de moda?

Mis elaborados son tradicionales y se venden muy bien. Estos productos deben ofrecerse, pero no quiero tener una carnicería solo de elaborados; una carnicería como su nombre indica debe vender carne. Un cliente entra en la tienda a por un filete y quiere ver cinco piezas y el que viene a por una paletilla quiere ver diez. El público debe ver carne o dejará de ser una carnicería.

Lo que pasa es que el elaborado además de venderse bien, te ayuda a distinguirte de la competencia; yo vendo un sanjacobo buenísimo y otro compañero a 500 metros de mi tienda vende otro que también está muy bueno, pero a mi cliente le gusta el mío y a su cliente el suyo. El elaborado es un producto a través del que nos podemos diferenciar.

¿Y qué otra cosa diferencia a tu establecimiento de otros?

El trato con el público. El género y el producto tienen que ser buenos, pero lo más importante es conocer al cliente, saber cómo hablar a cada persona y hacer que vuelvan a comprar por el profesional que les ha atendido. Yo tengo en cuenta esto e intento transmitírselo también a mis empleados.

¿Qué es para ti lo más importante en una carnicería-charcutería?

Lo más importante para mí es la limpieza, la calidad y el precio, en ese orden de prioridades.

¿Qué les dirías a los jóvenes para que apuesten como hiciste tú por el relevo generacional en el oficio?

Los jóvenes tienen que mirar al futuro con más ambición y saber que si trabajan hoy, el día de mañana pueden tener su propio negocio, pero hay que empezar por abajo y trabajar
mucho. La compra en comercio tradicional está volviendo, porque a la gente le gusta que le atiendan y le aconsejen, se cansan del embajado, así que pienso que hay grandes oportunidades de futuro en los negocios de carnicería-charcutería especializada.

Para terminar, ¿qué nos recomiendas que te compremos en Navidad?

Siempre recomiendo a mis clientes que en Navidad se gasten lo menos posible, porque son fechas que ya no se celebran tanto y en las que los productos típicos son más caros a causa de la elevada demanda. Yo puedo ofrecerles un producto por 30-40 euros para comer diez personas y que cuando pasen las fiestas se compren ese cordero que querían, pero a un precio mucho más razonable.

He comprobado que la gente que sigue mis consejos, vuelve tras las comidas navideñas y me dice que están muy contentos, porque les ha encantado y encima se han ahorrado 50-60 euros; entonces, sabes que te has ganado su confianza.

¿Cuál es ese producto tan bueno, bonito y barato con el que podemos comer diez personas esta Navidad?

Rabillos de ternera preparados, rabos deshuesados, pollos de corral rellenos…

Tomamos nota. Muchas gracias y a seguir cosechando éxitos.

Categorías: Noticias
Abrir Whatsapp
¡Hola! ¿En qué podemos ayudarte?