La reforma pretende hacer más seguras las transacciones entre negocios y consumidores, y aumentar la protección de datos de clientes que manejan las entidades bancarias.
Uno de los cambios más importantes por el impacto que previsiblemente tendrá esla SCA (Strong Customer Authentication), que obliga a autentificar todas las transacciones de compra-venta online en Europa. Esta nueva norma afectará, principalmente, a la manera en la que los compradores acreditan su identidad, porque se exigirá que todas las transacciones en e-commerce estén autentificadas con al menos dos de estos tres factores: “algo que tengo (móvil o tarjeta), algo que sé (pin o contraseña) y algo que soy (huella o reconocimiento facial)” explicó Juan Luis San Juan, consultor de Experian y experto en la materia.
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