Andreu (Barcelona) es un establecimiento que ha evolucionado desde tienda de encurtidos hasta charcutería con degustación, donde el jamón es su producto estrella. “Mi abuelo abrió el primer local en 1930 en el Mercado Central de Sabadell, pero fue en 1994, cuando abrimos nuestra tienda en el Mercado del centro comercial de la Diagonal, en Barcelona, y fue aquí donde introdujimos el servicio de degustación de productos de charcutería, en el que fuimos pioneros” cuenta Josep Andreu, que ya es la tercera generación al frente de este negocio.
La idea de implantar este servicio surgió porque este comercio estaba situado en un centro en el que las tiendas permanecían abiertas todo el día y, en aquel momento, había ciertas horas en las que era más complicado atraer clientes (como, por ejemplo, a mediodía). Esta situación, sumada a la necesidad de dar soluciones a sus clientes, fue lo que permitió que en Andreu desarrollaran esta nueva experiencia de compra, donde los clientes podían degustar los productos en el mismo establecimiento: “uno de nuestros objetivos era conseguir que el público nos conociera por nuestro servicio de degustación, que era algo diferente a lo que se hacia en el momento. Empezamos a ver que el
boca a boca funcionaba, y así fuimos creciendo y desarrollándolo. Esto, combinado con nuestra especialización en el jamón, es lo que nos ha diferenciado” explica Josep.
Actualmente en Andreu tienen seis locales y, aunque en todos tienen tanto degustación como venta de producto, adaptan cada servicio a la zona en la que se encuentran situados. De esta manera, hay establecimientos en los que la degustación tiene más protagonismo que en otros, porque saben que el público demanda más un servicio u otro, aunque, tal y como reconoce Josep “tener ambos servicios nos ayuda, se retroalimentan. Nuestro producto estrella es el jamón Andreu y combinarlo con este servicio de degustación ha sido muy positivo”. Así, en Andreu ofrecen una amplia gama de quesos, embutidos, ahumados… que el público puede degustar en el propio establecimiento una vez los ha comprado.“Nuestra idea es dar un buen servicio, un servicio rápido que sabemos que muchos clientes demandan. Pero no somos un restaurante, somos un local de paso en el que se aprovecha para comer que siempre tiene sus puertas abiertas, da igual el horario. Si vienes a las 12:00 h. puedes comer, pero si llegas a las 19:00, también” recalca Josep.
Uno de los secretos de este comercio, explican, es no haber bajado nunca la calidad, manteniendo siempre el mismo nivel desde su apertura hace más de 90 años. En este sentido, Josep hace hincapié en que “estamos en unos momentos de evolución, donde hay mucha oferta y tenemos que pensar hacia dónde vamos. Al final, los profesionales de charcutería y carnicería no podemos bajar la calidad, es nuestra fuerza y no lo podemos perder”.
Artículo publicado en la revista La Carne. Haz click aquí para suscribirte.
