Julián López empezó como aprendiz de carnicero en 1986, aunque fue cinco años más tarde cuando asegura que tuvo la suerte de comenzar a trabajar en el Mercado de la Paz con uno de los mejores profesionales que ha conocido en su vida, Lorenzo Rubio Gutiérrez, que se jubiló en 2007. Trabajando juntos formaron lo que hoy es La Vianda de Julián, un negocio que ya ha cumplido 25 años y que dirige junto a su mujer, pudiendo presumir de contar con dos grandes y prósperos puestos con sección de carnicería, charcutería, pollería y casquería.
Julián, ¿Cuál es el secreto para llevar más de 25 años en el sector y mantener el éxito? ¿Cómo diferenciarse en tiempos tan competitivos?
El único secreto es ser constantes y creer en lo que hacemos. Lo fundamental es la formación de todo el equipo; queremos gente que sea creativa, que sorprenda al cliente. Además, considero que el poder ofrecer servicios y productos propios es lo que te hace ser diferente y por ese motivo tratamos de innovar todos los días.
¿Cuáles son vuestras especialidades?
Para nosotros es primordial la excelencia del producto, acompañada de una buena manipulación y apoyada por una serie de productos elaborados por nosotros mismos, creados en base a nuestros años de experiencia.
Además de los elaborados que hemos ido incorporando durante estos últimos años, el verano pasado abrimos una sección nueva de casquería que, por la aceptación que está teniendo hasta el momento, pensamos que puede tener mucho futuro.
Por otra parte, en los últimos tiempos hemos hecho mucho hincapié en el servicio a domicilio, ya que es uno de los servicios que más fideliza y agradece el cliente. Asimismo, hemos apostado también por un sello de calidad como es la certificación de AENOR, que aporta confianza al consumidor.
En más de 25 años de historia de la Vianda, la imagen de vuestros establecimientos ha evolucionado mucho…
Claro que sí, hemos renovado prácticamente todo el mobiliario. Además, con frecuencia hacemos pequeñas reformas para que el cliente no se aburra de ver siempre lo mismo.
Hoy en día hay maquinaria mucho más eficiente que la que había hace 25 años. Y en el aspecto informático también hemos mejorado; todo está informatizado mediante un programa que nos ayuda mucho a la hora de hacer balances y sacar estadísticas.
¿Por qué decidisteis crear una página web?
La creamos hace tres años y por el momento es solo informativa, para que el cliente nos conozca mejor. A través de esta página les ayudamos a la hora de cocinar, aportándoles recetas. Sin embargo, en un futuro próximo nos gustaría dar el paso y tener venta online, así como aprovechar el potencial de las redes sociales.
Cuando empezasteis en el Mercado de la Paz, estos espacios comerciales eran una apuesta segura para el comerciante, pero en los últimos tiempos muchos de ellos se están viendo perjudicados por varios factores. ¿Qué opinas al r especto?
Es una verdadera desgracia que se esté perdiendo este modelo de comercio tradicional, pues considero que el mercado municipal es un eje vertebral del barrio y es un punto de encuentro.
Han influido muchos factores. En primer lugar, por parte de las administraciones, no se ha tenido el suficiente apoyo a la hora de promocionar este modelo de comercio. Por otra parte, creo que muchos de los comerciantes no hemos estado a la altura de las circunstancias y, en lugar de hacer piña y defendernos, hemos tratado de luchar cada uno por nuestra cuenta y así es muy difícil sacar algo adelante.
Pese a todo esto, estoy completamente seguro de que seguiremos adelante, porque se percibe que al cliente le gusta su mercado de siempre. Tenemos que reinventarnos y completar el modelo tradicional con espacios nuevos de ocio y restauración, donde el cliente no venga solo a hacer la compra, sino a pasar un rato agradable en familia.
Empezaste a trabajar como carnicero-charcutero en 1986, ¿cómo percibes la evolución que ha vivido el sector en estos años?
La evolución ha sido muy positiva, en la actualidad estamos mucho más formados y con ello profesionalizamos el oficio. También ahora tenemos muchos más medios para formarnos y en esto quiero destacar la estupenda labor que hace Fedecarne, que nos es de tanta ayuda. Juntos vamos sumando y estamos dignificando esta magnífica profesión.
Y para terminar, ¿cómo te imaginas a La Vianda de Julián dentro de diez años?
Diez años es un futuro todavía muy lejano, pero puedo asegurar que seguiremos formándonos, renovando nuestras ideas, innovando, buscando lo que nuestro cliente demande y, por supuesto, por mi parte mantendré la ilusión y las ganas que tenía cuando empecé en este oficio.