Bosco, más conocido como B de Vikingo, ha montado su propia “aldea”, como él la llama, en Instagram. El influencer de cocina catapultó a la fama, sobre todo, durante la cuarentena, y actualmente ameniza los ratos y las comidas de más 71000 usuarios (actualización: este dato es de cuando le hicimos la entrevista, ahora supera los 92.000) en esta red social, entre recetas, fogones y mucha, mucha carne. ¡Hasta vive con una valkiria -su mujer-!
¿De dónde nace tu amor por la comida y, sobre todo, por la carne? ¿Cuándo empezaste a tontear con la cocina y cómo has aprendido todo lo que sabes?
Siempre me ha apasionado tanto la comida como la cocina. Es un sentimiento innato de obtener placer tanto para mí como para los demás, a través de la comida. Me produce felicidad el simple hecho de ver a alguien disfrutando de un buen plato, y soy carnívoro 100%.
Con 7 u 8 años ya me encantaba guarrear en la cocina y hacer inventos, y recetas con los bocadillos de la merienda. Con esa edad ya cocinaba huevos fritos. Uno de los platos que más me gustaba en aquel entonces eran los cangrejos de río en salsa que comía en casa de mi abuelo.
Sé que tengo algo innato que me hace proyectar muy bien los sabores y olores de algo antes de hacerlo. También sé mucho de haber tropezado varias veces. Me encanta probar e innovar, pero lo más importante es que me gusta aprender cada día.
¿Cómo aterrizaste en el universo digital?
Es curioso. Antes de Instagram no tenía redes sociales, solo un Facebook antiguo al que no hacía ni caso. Decidí abrirme Instagram como motivación personal. Pesaba casi 170 kilos y tenía el reto de perder peso. Pensé que si publicaba mis comidas y ejercicio esto me ayudaría a no parar y a motivarme. Hasta hace relativamente poco no publicaba nada de comidas suculentas, ni recetas, más allá de algún batido de proteínas raro… y cuando comencé a colgar alguna receta vi que tenía más respuesta. Así que poco a poco hice una transición. Empecé a colgar cada vez más carne y a obtener más repercusión.
Con tantos seguidores a tus espaldas, tenemos que preguntarte… ¿Cómo llevas esta nueva vida de influencer? ¿Crees que a día de hoy podrías vivir de ello?
Bueno, mi vida no ha cambiado mucho. Yo soy empresario y sigo trabajando en mis empresas. Lo único es que ahora Instagram me lleva más tiempo que antes. Creo que sí podría vivir de ello, aunque nunca lo haría mi trabajo principal. Se volvería demasiado obsesivo. Y prefiero que siga siendo una pasión divertida con la que hago amigos glotones y buenos comedores.
Por otro lado, me encanta y me motiva ayudar a empresas que hacen bien las cosas a darse a conocer. Tanto del sector alimentación, como de hostelería.
¿Cuánto hay de Bosco en Bdevikingo?
Improviso 100%. Este es un tema debate. Me encantaría y he intentado hacerme guiones para sacar mejores vídeos, pero no me sale. No soy yo. No queda natural. Hasta las voces que últimamente pongo a los reels, las hago según veo las imágenes ya cortadas e improvisando con lo que se me vaya ocurriendo. Con lo único que soy más cuidadoso es con los stories. Hago muchos más stories de los que se ven, pero luego no tengo lo que hay que tener para publicarlos.
Muchos de nuestros profesionales de la carne te siguen y les encantas. Con algunos, incluso, has hecho colaboraciones. ¿Qué opinas de ellos? ¿Tú antes de todo esto consumías también carne del comercio especializado?
Me encanta y me gusta colaborar con ellos y dar su trabajo y sus productos a conocer, entre la gente de la aldea. Yo siempre he sido consumidor de producto especializado. De hecho, unas de las primeras carnes que hay en mi cuenta son las de Sanmartí1850 de Àlex Castany, una de mis carnicerías preferidas. Sin embargo, pienso que algunos profesionales del sector tienen que confiar más en Instragram. Entiendo que hay que saber hacerlo bien, pero realmente, hoy en día, esta plataforma es la herramienta más rápida y efectiva de promoción, marketing y venta; y muchos deberían trabajarla más.
¿Cuáles son tu carne, tu corte y tu elaborado favoritos?
Chuletón, por supuesto. Vaca vieja más que el buey. Me encanta la Rubia Gallega de altas maduraciones, que hacen en Cárnicas LyO; me encantan también las chuletas de la marca Shasi; mi raza preferida es Simmental. De hecho, el mejor chuletón que me he comido fue un simmental de 100 días de Luismi, que compré en Sanmartí1850. Pero bueno, he de decir que hoy en día muchos trabajan muy muy bien. Y esos tienen que estar orgullosos. Y los que no lo hacen tanto… lo harán tarde o temprano. Porque hoy en día la gente no es tonta y cada vez sabe más; cada vez se dan más cuenta cuando una rubia no es rubia o cuando un marmoleo polaco no sabe a nada.
En cuanto a elaborados, las burgers de chuletón de Sanmartí1850 son un 10; las de Luismi de buey, otro 10; las chistorras de Okelan son muy top; la morcilla de Carnicería Santa María es directamente la mejor… No sé… ¡muchos!
¿Cuál es tu influencer o simplemente tu cuenta favorita en Instagram?
Intento no mirar mucho las de recetas para intentar ser original siempre. Me gusta mucho el gran Esttik y, por ejemplo, no miro siempre, pero me gusta mucho la creatividad de Michenlo.
¿Qué tres cosas no faltan nunca en la cocina de un vikingo?
Fuego, alegría y el móvil para grabar.
¿Qué platazo carnívoro no va a faltar en tu mesa esta Navidad?
Estoy indeciso, la verdad. Tengo reservado un corte muy especial Oro Puro y Gallega de Luismi. También tengo madurando con Don Paco Rosa un poquito de simmental. Había pensado en un poquito de lechazo IGP, pero no sé, tengo mis días todavía. Ya os he dicho que improviso mucho.
Artículo publicado en la revista La Carne. Click aquí para suscribirte
