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José Ballesteros: «Todos en esta vida hemos nacido para triunfar y ser felices»

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Además de una persona maravillosa y con un excelente sentido del humor, que despliega en cada una de sus conferencias, José Ballesteros es más conocido por ser un experto en desarrollo personal y profesional y un gran entusiasta que disfruta compartiendo con los demás los mismos principios que rigen en su vida y que hoy le han llevado a ser una persona feliz y exitosa.

Como formador y tras una dilatada experiencia, ha logrado avivar la llama del cambio en muchas organizaciones, poniendo especial énfasis en la comunicación eficiente para lograr que todos seamos la mejor versión de nosotros mismos. Porque para José todos hemos nacido para triunfar y ser felices.

Pero si tuviese que definir a José, me quedaría con una cosa. José Ballesteros de la Puerta es ante todo un creyente. Un creyente en el ser humano y en su enorme potencialidad.

Esto es así, José. ¿El ser humano lo puede todo?

Por supuesto, pero esto hay que trabajarlo. Vivimos actualmente en la sociedad de la gimnasia pasiva, donde todos queremos lo mejor, pero sin invertir esfuerzo alguno. Todos deseamos tener un cuerpo diez sin necesidad de comer bien y hacer ejercicio; y todo el mundo habla de motivación, pero cuando preguntas directamente qué es la motivación, pocos saben darte una respuesta concreta.

Te hablan de los síntomas. Unos responden que es estar feliz, otros que es estar con ganas o tener energía… Esos son síntomas, pero no es motivación. Desear tener un Porche y repetirse, quiero un porche, quiero un porche, no hace que el coche te venga a la puerta, no es estar motivado. Hay que desear las cosas y hacer en consonancia para conseguirlas.

¿Qué es entonces la motivación?

Después de 20 años trabajando e investigando de motivación, te puede decir que si no tienes un motivo y no pones acción no estás motivado, como tampoco lo estás si tienes los motivos para hacer algo, pero no haces nada. Es más, esta última situación me puede convertir en un iluso o pero aún, en un cínico o en un insoportable. Por el contrario si yo hago mucho, pero no estoy enfocado a un objetivo concreto, lo que soy es un rabo de lagartija. No he parado, pero tampoco he hecho nada, porque al no existir un objetivo, no he podido dirigir mis esfuerzos hacia nada.

Motivación es por tanto, como define la propia palabra motivo para la acción.

Es inevitable e inherente al ser humano estar perdidos en ocasiones y no saber muy bien qué queremos profesionalmente en un futuro cercano, o incluso caer en la desidia. ¿Se podría trabajar esa motivación?

Por supuesto. Lo primero que hay que hacer es marcarse objetivos constantemente y visualizarlos. Esto es primordial. ¿Por qué un niño anda? Un niño sigue creciendo y aprendiendo porque se marca constantemente objetivos y porque no tiene ego, no tiene concepto del yo. El salto se produce cuando comenzamos a tomar consciencia de nosotros mismos.

Cuando dejamos de soñar, cuando dejamos de ser niños, eliminamos la gasolina de la vida.

Llegados a este punto, ¿la motivación puede venir de fuera?

Siempre que perdemos el músculo para encontrar motivos y trabajar por ellos de manera constante y consecuente, creemos que son los demás los que me tienen que motivar.

Nos volvemos expertos en pedir, ¡gran error!, pero no nos planteamos qué voy a hacer yo.

Nadie, desde fuera me puede motivar a mí a nada. Ya sea un padre, una empresa o un amigo. Desde un punto de vista paternalista, lo que podemos hacer por ejemplo con nuestros hijos es ayudarles a encontrar los motivos y a enfocarles, pero nada más, porque en esta vida cada uno debe hacer sus propios exámenes.

Por tanto la motivación es individual, tiene que hacerse todo los días como ducharse y afeitarse y solo está en nuestro poder, en el caso empresarial, ayudar a encontrarlos.

Te propongo un ejercicio práctico. Muchos de nuestros socios están solos en el establecimiento y en algunos casos no pueden acometer todo lo que les proponemos ¿qué cosas podrían hacer para “estar motivados”?

Llevado a la carnicería, podemos hacernos las siguientes preguntas. ¿Qué puedo hacer para que mis clientes quieran estar aquí, venir aquí y hablen bien de mí? La pregunta no es qué puedo hacer, la pregunta es qué quieren mis clientes.

Aquí la pregunta debería ser, quién puede hacer eso por mí ¿Se me ha ocurrido algo tan simple cómo preguntar a mis clientes por qué vienen a mi tienda y no van a otra. Pregúntale y pídeles ayuda.

Selecciona a tus clientes de confianza y haz la prueba. Pregúntales ¿tú me puedes hacer un favor? Quiero que mires mi carnicería y lo hagas como si entrases por primera vez por la puerta. Quiero que seas crítico y me digas en qué necesito mejorar. Tomemos nota y cambiemos esas pequeñas cosas que no me cuestan nada y a medida que mejoren las cosas, cambiemos otras de mayor envergadura.

El problema es que muchísimas veces el ego y volvemos al inicio de esta conversación, nos impide hacer la pregunta: ¿En qué puedo mejorar?

¿Todos podemos mejorar?

Por supuesto.

¿Se podría plantear la motivación, como la determinación y logro sucesivo de objetivos a corto plazo?

Eso es. Uno de mis queridos amigos, es Sebastián Álvaro, Director de Al Filo de lo Imposible, al que quiero y admiro. He tenido el enorme placer de trabajar y temas como el establecimiento de metas, la motivación y el proceso en sí, han estado presentes en muchas de nuestras conversaciones.

El error de muchísima gente es plantearse unos objetivos en periodos de tiempo irreales. Si tú te propones escalar el Everest, sólo mirándolo, ni empiezas. Para una conquista de este tipo los profesionales planifican y visualizan la hazaña con un año de antelación mínimo. Van paso a paso.

Y ese debe ser el camino. Yo me tengo que asegurar que todos los días doy un paso que me pone más cerca de mi objetivo final. Lo bueno de la motivación es que si yo doy pasos todos los días en pro de la consecución de mis objetivos, yo todos los días voy a estar más realizado y voy tener más confianza en mí mismo porque sentiré que estoy consiguiendo aquello que quería lograr.

Llegamos así al éxito. Antes definíamos motivación, pero y éxito. ¿Qué es?

Uno de los grandes problemas de nuestra sociedad, es que nos ha dado una definición de éxito que nada tiene que ver con la r ealidad y nada tiene que ver con tu felicidad o la mía.

El éxito tiene que ser una definición personal. En mi taller “Nacido para el éxito” una de las primeras cosas que hacemos es definir el éxito. A priori puede parecer pretencioso porque la idea de éxito que tenemos en España es errónea, porque el éxito es un camino y no un destino.

Unamos en este momento el camino de puntos trazados para tener un dibujo global. ¿Cuál es la relación entre motivación, felicidad y éxito?

Vivimos en una sociedad que nos enfoca en el TENER, comprar, consumir y por tanto tener. El ser humano es un animal insaciable, porque queremos la felicidad completa y la buscamos toda la vida. Así que si mi respuesta a ser feliz y tener éxito están sustentados en el tener, seguramente terminaré frustrado, porque cuanto más tenga, más querré.

Lo que ocurre hoy es que las personas parece que SON en función de lo que HACEN y TIENEN. Y esto no sólo es falso sino muy peligroso. La felicidad está en el SER, nunca en el TENER. Se llega a tener en consonancia directa con el SER y el HACER coherentes enfocado en un objetivo concreto.

La fórmula SER+HACER=TENER da mucha tranquilidad. El tener es la consecuencia directa del ser y el hacer coherente. Esto responde a la ley universal de la Causa y el Efecto. Y al igual que existen leyes físicas, existen leyes del éxito. (esta última frase, ya que no la elaboramos, a lo mejor la quitaba, pues queda muy colgada).

Busquemos nuestro elemento, que es eso que hemos venido a hacer y que de no hacerlo nosotros se quedará sin hacer.

En la naturaleza del hombre está el ser feliz, está marcarse objetivos e ir a por ellos, pues ser feliz y tener éxito, es para todos.

Categorías: Noticias
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