
De esta forma, Francisco explica que ambos hermanos tomaron las riendas de la carnicería familiar, pero siempre con la idea de evolucionar y ofrecer un servicio diferente, “yo realicé una formación profesional, pero tenía claro que cuando volviera a trabajar con mi padre no me iba a quedar con lo mismo que él tenía. Por eso, durante años me he ido formando, con casi todos los gremios nacionales y en Francia, lo que me ha permitido aprender técnicas nuevas”. De esta forma, ponía de manifiesto que la evolución y la formación en el sector son algo fundamental, que pueden servir de gran apoyo para cambiar e impulsar negocios ya conformados: “en la actualidad contamos con cuatro carnicerías. Siempre hemos intentado ir a más, buscando evolucionar, porque si no, no venderíamos. Apostar por el desarrollo es rentabilidad para un negocio”.
De esta manera, el sector del comercio especializado de la carne y sus derivados está conformado por muchos profesionales que mantienen la tradición familiar, pero con perspectivas de continuar evolucionando y adaptándose a las nuevas demandas y públicos. Por eso, el caso de Carnicería Garrote resulta un buen ejemplo de cómo aunar un oficio histórico con los nuevos hábitos de consumo y compra es posible, manteniendo la calidad y la esencia que lo caracterizan. El día que Francisco recibió el premio de Mejor Hamburguesa Artesana pudimos ver a su padre, emocionado y orgulloso del premio que había logrado su hijo fruto del esfuerzo, la constancia y la ambición por evolucionar.
